Mateo 9:3-11 Reina Valera Gómez (RVG)

3. Y he aquí, ciertos de los escribas decían dentro de sí: Éste blasfema.

4. Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?

5. Porque, ¿qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?

6. Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados (dijo entonces al paralítico): Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa.

7. Entonces él se levantó y se fue a su casa.

8. Pero cuando las multitudes vieron esto, se maravillaron y glorificaron a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.

9. Y pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos; y le dijo: Sígueme. Y él se levantó y le siguió.

10. Y aconteció que estando Él sentado a la mesa en la casa, he aquí muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron a la mesa con Jesús y sus discípulos.

11. Y cuando vieron esto los fariseos, dijeron a sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?

Mateo 9