Mateo 8:8-18 Reina Valera Gómez (RVG)

8. Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; mas solamente di la palabra, y mi siervo sanará.

9. Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo soldados bajo mi cargo; y digo a éste: Ve, y va; y a otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.

10. Y oyéndolo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.

11. Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos.

12. Mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

13. Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste te sea hecho. Y su siervo fue sano en aquella misma hora.

14. Y vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste, postrada, y con fiebre.

15. Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.

16. Y caída la tarde, trajeron a Él muchos endemoniados; y con su palabra echó fuera a los espíritus, y sanó a todos los que estaban enfermos;

17. para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta Isaías, que dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

18. Y viendo Jesús a una gran multitud alrededor de sí, mandó que pasasen al otro lado.

Mateo 8