Mateo 8:11-23 Reina Valera Gómez (RVG)

11. Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos.

12. Mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

13. Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste te sea hecho. Y su siervo fue sano en aquella misma hora.

14. Y vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste, postrada, y con fiebre.

15. Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.

16. Y caída la tarde, trajeron a Él muchos endemoniados; y con su palabra echó fuera a los espíritus, y sanó a todos los que estaban enfermos;

17. para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta Isaías, que dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.

18. Y viendo Jesús a una gran multitud alrededor de sí, mandó que pasasen al otro lado.

19. Y cierto escriba vino y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.

20. Y Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene donde recostar su cabeza.

21. Y otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.

22. Pero Jesús le dijo: Sígueme; y deja que los muertos entierren a sus muertos.

23. Y cuando Él hubo entrado en una barca, sus discípulos le siguieron.

Mateo 8