Mateo 26:6-15 Reina Valera Gómez (RVG)

6. Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,

7. vino a Él una mujer, trayendo un frasco de alabastro de ungüento de mucho precio, y lo derramó sobre la cabeza de Él, estando Él sentado a la mesa.

8. Al ver esto sus discípulos, se indignaron, diciendo: ¿Por qué este desperdicio?

9. Porque este ungüento podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres.

10. Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues buena obra me ha hecho.

11. Porque a los pobres siempre los tenéis con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis.

12. Porque derramando este ungüento sobre mi cuerpo, para mi sepultura lo ha hecho.

13. De cierto os digo: Dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también lo que ésta ha hecho, será dicho para memoria de ella.

14. Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los príncipes de los sacerdotes,

15. y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y convinieron con él por treinta piezas de plata.

Mateo 26