17. ¡Insensatos y ciegos! porque ¿cuál es mayor, el oro, o el templo que santifica al oro?
18. Y decís: Cualquiera que jura por el altar, no es nada; pero cualquiera que jura por la ofrenda que está sobre él, es deudor.
19. ¡Necios y ciegos! porque ¿cuál es mayor, la ofrenda, o el altar que santifica la ofrenda?
20. Pues el que jura por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él;
21. y el que jura por el templo, jura por él, y por el que en él habita;
22. y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, y por Aquél que está sentado sobre él.
23. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y omitís lo más importante de la ley; la justicia, y la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer lo otro.
24. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el camello!
25. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de desenfreno.
26. ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de adentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.
27. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.