37. Y a la postre les envió su hijo, diciendo: Respetarán a mi hijo.
38. Mas los labradores cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Éste es el heredero, venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad.
39. Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron.
40. Cuando viniere, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?