Mateo 10:23-40 Reina Valera Gómez (RVG)

23. Y cuando os persiguieren en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo: No acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, sin que haya venido el Hijo del Hombre.

24. El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor.

25. Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Belcebú, ¿cuánto más a los de su casa?

26. Así que, no les temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse.

27. Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas.

28. Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a Aquél que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

29. ¿No se venden dos pajarillos por un cuadrante? Y ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.

30. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.

31. Así que, no temáis; de más estima sois vosotros que muchos pajarillos.

32. Cualquiera, pues, que me confesare delante de los hombres, también yo le confesaré delante de mi Padre que está en el cielo.

33. Y cualquiera que me negare delante de los hombres, también yo le negaré delante de mi Padre que está en el cielo.

34. No penséis que he venido para meter paz en la tierra; no he venido para meter paz, sino espada.

35. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra.

36. Y los enemigos del hombre serán los de su propia casa.

37. El que ama padre o madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama hijo o hija más que a mí, no es digno de mí.

38. Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.

39. El que hallare su vida, la perderá; mas el que perdiere su vida por causa de mí, la hallará.

40. El que a vosotros recibe, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

Mateo 10