15. y el que esté sobre el terrado, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa;
16. Y el que estuviere en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa.
17. Mas ¡ay de las que estén encinta, y de las que amamanten en aquellos días!
18. Orad, pues, que vuestra huida no acontezca en invierno.
19. Porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni habrá.
20. Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, ninguna carne sería salva; mas por causa de los elegidos que Él escogió, acortó aquellos días.
21. Y entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, no le creáis; o: Mirad, allí está, no le creáis.
22. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos.
23. Mas vosotros mirad, he aquí, os lo he dicho todo antes.
24. Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor;
25. y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas.
26. Y entonces verán al Hijo del Hombre, viniendo en las nubes con gran poder y gloria.
27. Y entonces enviará sus ángeles, y reunirá a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
28. De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama enternece, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca:
29. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca, a las puertas.
30. De cierto os digo que no pasará esta generación, hasta que todo esto acontezca.
31. El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
32. Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.