41. Y cuando lo oyeron los diez, comenzaron a indignarse contra Jacobo y contra Juan.
42. Pero Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que parecen ser príncipes de los gentiles, se enseñorean sobre ellos; y los que entre ellos son grandes, tienen potestad sobre ellos.
43. Pero no será así entre vosotros; antes el que quisiere ser grande entre vosotros, será vuestro servidor;
44. y el que de vosotros quisiere ser el primero, será siervo de todos.
45. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos.
46. Entonces vinieron a Jericó; y saliendo Él de Jericó, con sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
47. Y cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a dar voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
48. Y muchos le reprendían para que callara; pero él, mucho más gritaba: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
49. Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.
50. Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús.
51. Y respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Señor, que reciba la vista.
52. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y al instante recibió su vista, y seguía a Jesús en el camino.