1. En esto, juntándose una innumerable multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es hipocresía.
2. Porque nada hay encubierto, que no haya de ser revelado; ni oculto, que no haya de saberse.
3. Por tanto, lo que dijisteis en tinieblas, a la luz será oído; y lo que hablasteis al oído en las alcobas, será pregonado en las azoteas.
4. Y yo os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer.
5. Mas os enseñaré a quién debéis temer: Temed a Aquél que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno: Sí, os digo: A Éste temed.
6. ¿No se venden cinco pajarillos por dos blancas? Y ni uno de ellos está olvidado delante de Dios.
7. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; de más estima sois vosotros que muchos pajarillos.
8. Y os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios;
9. pero el que me negare delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.