47. El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por eso no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
48. Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?
49. Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis.
50. Y yo no busco mi gloria, hay quien la busca, y juzga.