22. Y llamándolos Josué, les habló diciendo: ¿Por qué nos habéis engañado, diciendo: Habitamos muy lejos de vosotros, cuando moráis en medio de nosotros?
23. Ahora, pues, vosotros sois malditos, y ninguno de vosotros será exento de ser siervo, y de ser leñador y sacar el agua para la casa de mi Dios.
24. Y ellos respondieron a Josué, y dijeron: Como fue dado a entender a tus siervos, que Jehová tu Dios había mandado a Moisés su siervo que os había de dar toda la tierra, y que había de destruir todos los moradores de la tierra delante de vosotros, por esto temimos en gran manera de vosotros por nuestras vidas, e hicimos esto.
25. Ahora pues, henos aquí en tu mano; lo que te pareciere bueno y recto hacer de nosotros, hazlo.
26. Y él lo hizo así; que los libró de la mano de los hijos de Israel, para que no los matasen.
27. Y los constituyó Josué aquel día por leñadores y aguadores para la congregación y para el altar de Jehová, en el lugar que Él escogiese; lo que son hasta hoy.