28. Y Josué quemó a Hai y la redujo a un montón perpetuo, asolado hasta hoy.
29. Mas al rey de Hai colgó de un madero hasta la tarde; y cuando el sol se puso, mandó Josué que quitasen del madero su cuerpo, y lo echasen a la puerta de la ciudad; y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy.
30. Entonces Josué edificó un altar a Jehová Dios de Israel en el monte de Ebal,