13. Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta tanto que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está esto escrito en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero.
14. Y nunca fue tal día antes ni después de aquél, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre: porque Jehová peleaba por Israel.
15. Y Josué, y todo Israel con él, se volvían al campo en Gilgal.
16. Pero los cinco reyes huyeron, y se escondieron en una cueva en Maceda.
17. Y fue dicho a Josué que los cinco reyes habían sido hallados en una cueva en Maceda.
18. Entonces Josué dijo: Rodad grandes piedras a la boca de la cueva, y poned hombres junto a ella que los guarden;
19. Y vosotros no os paréis, sino seguid a vuestros enemigos, y heridles la retaguardia, sin dejarles entrar en sus ciudades; porque Jehová vuestro Dios los ha entregado en vuestra mano.
20. Y aconteció que cuando Josué y los hijos de Israel terminaron de herirlos con gran mortandad, hasta destruirlos, los que quedaron de ellos se metieron en las ciudades fortificadas.
21. Y todo el pueblo volvió en paz al campamento a Josué en Maceda; no hubo quien moviese su lengua contra ninguno de los hijos de Israel.
22. Entonces dijo Josué: Abrid la boca de la cueva, y sacadme de ella a estos cinco reyes.
23. Y lo hicieron así, y le sacaron de la cueva aquellos cinco reyes: al rey de Jerusalén, al rey de Hebrón, al rey de Jarmut, al rey de Laquis, al rey de Eglón.
24. Y cuando hubieron sacado estos reyes a Josué, llamó Josué a todos los varones de Israel, y dijo a los principales de la gente de guerra que habían venido con él: Llegad y poned vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes. Y ellos se llegaron, y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos.
25. Y Josué les dijo: No temáis, ni os atemoricéis; sed fuertes y valientes: porque así hará Jehová a todos vuestros enemigos contra los cuales peleáis.
26. Y después de esto Josué los hirió y los mató, y los hizo colgar en cinco maderos; y quedaron colgados en los maderos hasta la tarde.
27. Y cuando el sol se iba a poner, mandó Josué que los quitasen de los maderos, y los echasen en la cueva donde se habían escondido: y pusieron grandes piedras a la boca de la cueva, que permanecen hasta hoy.