35. ¡Quién me diera alguien que me oyese! He aquí mi deseo es que el Omnipotente me respondiese, y que mi adversario hubiese escrito un libro.
36. Ciertamente yo lo llevaría sobre mi hombro, y me lo ceñiría como una corona.
37. Yo le contaría el número de mis pasos, y como príncipe me presentaría ante Él.