22. Porque no hablé yo con vuestros padres el día que los saqué de la tierra de Egipto, ni les di mandamiento acerca de holocaustos y de víctimas:
23. Mas esto les mandé, diciendo: Obedeced mi voz, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo; y andad en todo camino que os he mandado, para que os vaya bien.
24. Pero ellos no escucharon ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante,
25. desde el día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta hoy. Y os envié a todos los profetas mis siervos, madrugando cada día y enviándolos:
26. Pero no me escucharon ni inclinaron su oído; antes endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres.