Jeremías 48:19-35 Reina Valera Gómez (RVG)

19. Párate junto al camino, y mira, oh moradora de Aroer; pregunta a la que va huyendo, y a la que escapó; dile: ¿Qué ha acontecido?

20. Se avergonzó Moab, porque fue quebrantado: aullad y clamad: denunciad en Arnón que Moab es destruido.

21. Y que vino juicio sobre la tierra de la llanura; sobre Holón, y sobre Jahaza, y sobre Mefaat,

22. y sobre Dibón, y sobre Nebo, y sobre Bet-diblataim,

23. y sobre Quiriataim, y sobre Bet-gamul, y sobre Bet-meón,

24. y sobre Queriot, y sobre Bosra, y sobre todas las ciudades de tierra de Moab, las de lejos y las de cerca.

25. Cortado es el cuerno de Moab, y su brazo quebrantado, dice Jehová.

26. Embriagadlo, porque contra Jehová se engrandeció; y revuélquese Moab sobre su vómito, y sea también él por escarnio.

27. ¿Y no te fue a ti Israel por escarnio, como si lo tomaran entre ladrones? Porque desde que de él hablaste, tú te has burlado.

28. Desamparad las ciudades, y habitad en peñascos, oh moradores de Moab; y sed como la paloma que hace nido detrás de la boca de la caverna.

29. Oído hemos la soberbia de Moab, que es muy soberbio: su hinchazón y su orgullo, y su altivez y la altanería de su corazón.

30. Yo conozco, dice Jehová, su cólera; mas no tendrá efecto; sus mentiras no le aprovecharán.

31. Por tanto yo aullaré sobre Moab, y sobre todo Moab haré clamor, y sobre los hombres de Kir-heres gemiré.

32. Con lloro de Jazer lloraré por ti, oh vid de Sibma; tus sarmientos pasaron el mar, llegaron hasta el mar de Jazer; sobre tus frutos de verano y sobre tu vendimia vino destruidor.

33. Y será cortada la alegría y el regocijo de los campos labrados, y de la tierra de Moab; y haré cesar el vino de los lagares: no pisarán con canción; la canción no será canción.

34. El clamor, desde Hesbón hasta Eleale; hasta Jahaza dieron su voz; desde Zoar hasta Horonaim, becerra de tres años; porque también las aguas de Nimrim serán destruidas.

35. Y haré cesar de Moab, dice Jehová, quien sacrifique en altar, y quien ofrezca incienso a sus dioses.

Jeremías 48