3. Aumentando la gente, no aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos.
4. Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián.
5. Porque toda batalla de quien pelea es con estruendo, y con vestidura revolcada en sangre; pero esto será para quema, y combustible para el fuego.
6. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado será sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
7. Lo dilatado de su imperio y de su paz no tendrá límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
8. El Señor envió palabra a Jacob, y cayó en Israel.