Hechos 9:8-18 Reina Valera Gómez (RVG)

8. Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole de la mano, lo trajeron a Damasco.

9. Y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.

10. Y había un discípulo en Damasco llamado Ananías, al cual el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor.

11. Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora;

12. y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y pone sus manos sobre él, para que recobre la vista.

13. Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, de cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén;

14. y aun aquí tiene autoridad de los príncipes de los sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.

15. Y le dijo el Señor: Ve; porque instrumento escogido me es éste, para que lleve mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;

16. porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.

17. Y Ananías fue y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.

18. Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y al instante recobró la vista; y levantándose, fue bautizado.

Hechos 9