Hechos 7:49-58 Reina Valera Gómez (RVG)

49. El cielo es mi trono, y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor: ¿O cuál es el lugar de mi reposo?

50. ¿No hizo mi mano todas estas cosas?

51. Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.

52. ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que antes anunciaron la venida del Justo, del cual vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores;

53. que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.

54. Y cuando oyeron estas cosas, se enfurecieron en sus corazones, y crujían los dientes contra él.

55. Más él, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús en pie a la diestra de Dios,

56. y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre en pie a la diestra de Dios.

57. Entonces dando grandes voces, y tapándose sus oídos, arremetieron a una contra él.

58. Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus vestiduras a los pies de un joven que se llamaba Saulo.

Hechos 7