38. Y ahora os digo: Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá;
39. pero si es de Dios, no la podréis deshacer; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios.
40. Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los dejaron libres.
41. Y ellos partieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por su Nombre.
42. Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.