17. Y Pablo, llamando a uno de los centuriones, dijo: Lleva a este joven al tribuno, porque tiene algo que decirle.
18. Entonces él le tomó y le llevó al tribuno, y dijo: El preso Pablo, llamándome, me rogó que trajese a ti a este joven, porque tiene algo que decirte.
19. Y el tribuno, tomándole de la mano y retirándose aparte, le preguntó: ¿Qué es lo que tienes que decirme?
20. Y él dijo: Los judíos han concertado rogarte que mañana lleves a Pablo ante el concilio, como que van a inquirir de él alguna cosa más cierta.
21. Pero tú no les creas; porque más de cuarenta hombres de ellos le acechan, los cuales han hecho voto bajo maldición, de no comer ni beber hasta que le hayan dado muerte; y ahora están apercibidos esperando de ti promesa.
22. Entonces el tribuno despidió al joven, mandándole que a nadie dijese que le había dado aviso de esto.
23. Y llamando a dos centuriones, les dijo: Preparad para la hora tercera de la noche doscientos soldados, y setenta de a caballo y doscientos lanceros, para que vayan hasta Cesarea;
24. y provéanles cabalgaduras en que poniendo a Pablo, lo lleven a salvo a Félix el gobernador.
25. Y escribió una carta de esta manera:
26. Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix: Salud.
27. A este hombre, aprehendido por los judíos, y que iban ellos a matar, libré yo acudiendo con la tropa, habiendo entendido que era romano.
28. Y queriendo saber la causa por qué le acusaban, le llevé ante el concilio de ellos;
29. y hallé que le acusaban de cuestiones de la ley de ellos, pero que ninguna acusación tenía digna de muerte o de prisión.
30. Y cuando me fue dicho de como los judíos asechaban a este hombre, al punto le he enviado a ti, mandando también a los acusadores que digan delante de ti lo que tienen contra él. Pásalo bien.