Hechos 21:8-27 Reina Valera Gómez (RVG)

8. Y al día siguiente, partiendo Pablo y los que con él estábamos, vinimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él.

9. Y éste tenía cuatro hijas vírgenes que profetizaban.

10. Y deteniéndonos allí por muchos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo.

11. Y cuando él vino a nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.

12. Y cuando oímos esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén.

13. Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, sino aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.

14. Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.

15. Y después de estos días, tomando nuestro bagaje, subimos a Jerusalén.

16. Y vinieron también con nosotros de Cesarea algunos de los discípulos, trayendo consigo a un Mnasón, de Chipre, un discípulo antiguo, con quien nos hospedaríamos.

17. Y cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo.

18. Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y todos los ancianos estaban presentes;

19. y después de saludarlos, les contó una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio.

20. Y cuando ellos lo oyeron, glorificaron al Señor, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos de la ley.

21. Y están informados acerca de ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apartarse de Moisés, diciéndoles que no deben circuncidar a sus hijos, ni andar según las costumbres.

22. ¿Qué hay, pues? La multitud se reunirá de cierto; porque oirán que has venido.

23. Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen voto sobre sí:

24. Tómalos contigo, y purifícate con ellos, y paga con ellos para que rasuren sus cabezas; y todos entenderán que no hay nada de lo que fueron informados acerca de ti; sino que tú también andas ordenadamente, y guardas la ley.

25. Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros hemos escrito y acordado que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo que fue sacrificado a los ídolos, y de sangre, y de estrangulado y de fornicación.

26. Entonces Pablo tomó consigo aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, hasta que una ofrenda fuese ofrecida por cada uno de ellos.

27. Y cuando estaban por cumplirse los siete días, los judíos de Asia, al verle en el templo, alborotaron a todo el pueblo y le echaron mano,

Hechos 21