21. sino que se despidió de ellos, diciendo: Es necesario que en todo caso yo guarde la fiesta que viene, en Jerusalén; mas otra vez volveré a vosotros, si Dios quiere. Y zarpó de Éfeso.
22. Y habiendo arribado a Cesarea, subió para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía.
23. Y después de pasar allí algún tiempo, partió, andando por orden la provincia de Galacia y de Frigia, confirmando a todos los discípulos.
24. Y cierto judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras, vino a Éfeso.
25. Éste había sido instruido en el camino del Señor; y siendo ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque sólo conocía el bautismo de Juan.
26. Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; y cuando Priscila y Aquila le oyeron, le tomaron aparte y le expusieron con más exactitud el camino de Dios.
27. Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos escribieron, exhortando a los discípulos que le recibiesen; y cuando él llegó, ayudó mucho a los que por la gracia habían creído.
28. Porque con gran vehemencia convencía públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo.