30. Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.
31. Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo.
32. Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sufristeis gran combate de aflicciones;
33. por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra parte fuisteis hechos compañeros de los que han estado en igual situación.
34. Y os compadecisteis de mí en mis cadenas, y el despojo de vuestros bienes padecisteis con gozo, sabiendo en vosotros que tenéis una mejor y perdurable sustancia en los cielos.
35. No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón;
36. porque la paciencia os es necesaria; para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
37. Porque aún un poco de tiempo, y el que ha de venir vendrá, y no tardará.
38. Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma.
39. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que creen para salvación del alma.