5. Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, arroyos, y estanques, para que haga venir ranas sobre la tierra de Egipto.
6. Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto.
7. Y los encantadores hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto.
8. Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová que quite las ranas de mí y de mi pueblo; y dejaré ir al pueblo, para que ofrezcan sacrificios a Jehová.
9. Y dijo Moisés a Faraón: Gloríate sobre mí: ¿cuándo debo orar por ti, y por tus siervos, y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti, y de tus casas, y que solamente se queden en el río?
10. Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Jehová nuestro Dios:
11. Y las ranas se irán de ti, y de tus casas, y de tus siervos, y de tu pueblo, y solamente se quedarán en el río.
12. Entonces salieron Moisés y Aarón de delante del Faraón. Y Moisés clamó a Jehová sobre el asunto de las ranas que había mandado a Faraón.
13. E hizo Jehová conforme a la palabra de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los cortijos y de los campos.
14. Y las juntaron en montones, y apestaban la tierra.
15. Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
16. Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara, y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo el país de Egipto.
17. Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto.
18. Y los encantadores hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; mas no pudieron. Y había piojos así en los hombres como en las bestias.