Eclesiastés 4:1-10 Reina Valera Gómez (RVG)

1. Y me volví yo, y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador.

2. Y alabé yo a los muertos, los que ya murieron, más que a los vivientes, los que aún están con vida.

3. Y tuve por mejor que unos y otros, al que no ha sido aún, que no ha visto las malas obras que debajo del sol se hacen.

4. He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obra despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

5. El necio dobla sus manos y come su propia carne.

6. Mas vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu.

7. Yo me torné otra vez, y vi vanidad debajo del sol.

8. Está un hombre solo y sin sucesor; que ni tiene hijo ni hermano; mas nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y privo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.

9. Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.

10. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero. Pero ¡ay del solo cuando cayere! Pues no habrá segundo que lo levante.

Eclesiastés 4