10. Cuando oyeres la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
11. Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy, no te es encubierto, ni está lejos:
12. No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo y nos lo traerá, y nos lo hará oír para que lo cumplamos?
13. Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos?