42. Miraron, y no hubo quien los librase; aun a Jehová, mas no les respondió.
43. Yo los desmenucé como polvo de la tierra; los hollé como a lodo de las calles, y los disipé.
44. Tú me has librado de las contiendas de mi pueblo: Tú me has guardado para que sea cabeza de naciones: Pueblo que yo no conocía me servirá.
45. Los extraños se someterán a mí; al oír, me obedecerán.
46. Los extraños desfallecerán, y temblando saldrán de sus escondrijos.
47. ¡Vive Jehová! y bendita sea mi roca; sea enaltecido el Dios de la roca de mi salvación:
48. Es Dios quien por mí hace venganza, y quien sujeta los pueblos debajo de mí,
49. y que me saca de entre mis enemigos: Tú me levantaste en alto sobre los que se levantaron contra mí; me libraste del varón de iniquidades.
50. Por tanto, yo te daré gracias entre las naciones, oh Jehová, y cantaré a tu nombre.
51. Él es la torre de salvación para su rey, y hace misericordia a su ungido, a David, y a su simiente, para siempre.