13. halló allí a los hermanos de Ocozías rey de Judá, y les dijo: ¿Quién sois vosotros? Y ellos dijeron: Somos hermanos de Ocozías, y hemos venido a saludar a los hijos del rey, y a los hijos de la reina.
14. Entonces él dijo: Prendedlos vivos. Y después que los tomaron vivos, los degollaron junto al pozo de la casa de esquileo, cuarenta y dos varones, sin dejar ninguno de ellos.
15. Yéndose luego de allí se encontró con Jonadab hijo de Recab, que venía a su encuentro, y después de saludarle, le dijo: ¿Es recto tu corazón, como el mío es recto con el tuyo? Y Jonadab dijo: Lo es. Pues que lo es, dame la mano. Y él le dio su mano. Luego lo hizo subir consigo en el carro.
16. Y le dijo: Ven conmigo, y verás mi celo por Jehová. Lo pusieron, pues, en su carro.
17. Y luego que hubo Jehú llegado a Samaria, mató a todos los que habían quedado de Acab en Samaria, hasta extirparlos, conforme a la palabra de Jehová, que había hablado por Elías.
18. Y juntó Jehú todo el pueblo, y les dijo: Acab sirvió poco a Baal; mas Jehú lo servirá mucho.
19. Llamadme, pues, luego, a todos los profetas de Baal, a todos sus siervos, y a todos sus sacerdotes; que no falte uno, porque tengo un gran sacrificio para Baal; cualquiera que faltare, no vivirá. Esto hacía Jehú con astucia, para destruir a los que honraban a Baal.
20. Y dijo Jehú: Santificad un día solemne a Baal. Y ellos convocaron.
21. Y envió Jehú por todo Israel, y vinieron todos los siervos de Baal, que no faltó ninguno que no viniese. Y entraron en el templo de Baal, y el templo de Baal se llenó de cabo a cabo.
22. Entonces dijo al que tenía el cargo de las vestiduras: Saca vestiduras para todos los siervos de Baal. Y él les sacó vestiduras.
23. Y entró Jehú con Jonadab hijo de Recab en el templo de Baal, y dijo a los siervos de Baal: Mirad y ved que por dicha no haya aquí entre vosotros alguno de los siervos de Jehová, sino sólo los siervos de Baal.