3. Y se habían perdido las asnas de Cis, padre de Saúl; por lo que dijo Cis a Saúl su hijo: Toma ahora contigo alguno de los criados, y levántate, y ve a buscar las asnas.
4. Y él pasó al monte de Efraín, y de allí a la tierra de Salisa, y no las hallaron. Pasaron luego por la tierra de Saalim, y tampoco. Después pasaron por la tierra de Benjamín, y no las encontraron.
5. Y cuando vinieron a la tierra de Zuf, Saúl dijo a su criado que tenía consigo: Ven, volvámonos; porque quizá mi padre, dejado el cuidado de las asnas, estará preocupado por nosotros.
6. Y él le respondió: He aquí ahora hay en esta ciudad un hombre de Dios, que es varón insigne; todo lo que él dice, sucede sin falta. Vamos, pues, allá; quizá nos enseñará nuestro camino por donde hayamos de ir.
7. Y Saúl respondió a su criado: Vamos ahora: ¿mas qué llevaremos al varón? Porque el pan de nuestras alforjas se ha acabado, y no tenemos qué ofrecerle al varón de Dios: ¿Qué tenemos?
8. Entonces el criado volvió a responder a Saúl, diciendo: He aquí se halla en mi mano la cuarta parte de un siclo de plata; esto daré al varón de Dios, para que nos declare nuestro camino.
9. (Antiguamente en Israel cualquiera que iba a consultar a Dios, decía así: Venid y vamos hasta el vidente; porque el que hoy se llama profeta, antiguamente era llamado vidente).
10. Dijo entonces Saúl a su criado: Bien dices; anda, vamos. Y fueron a la ciudad donde estaba el varón de Dios.
11. Y cuando subían por la cuesta de la ciudad, hallaron unas doncellas que salían por agua, a las cuales dijeron: ¿Está en este lugar el vidente?
12. Y ellas respondiéndoles, dijeron: Sí; helo aquí delante de ti; date prisa, porque hoy ha venido a la ciudad en atención a que el pueblo tiene hoy sacrificio en el lugar alto.
13. Y cuando entrareis en la ciudad, le encontraréis luego, antes que suba al lugar alto a comer; pues el pueblo no comerá hasta que él haya venido, porque él es quien bendice el sacrificio; y después comerán los convidados. Subid, pues, ahora, porque ahora le hallaréis.
14. Ellos entonces subieron a la ciudad; y cuando en medio de la ciudad estuvieron, he aquí Samuel que delante de ellos salía para subir al lugar alto.
15. Y un día antes que Saúl viniese, Jehová había revelado al oído de Samuel, diciendo:
16. Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; pues yo he mirado a mi pueblo, porque su clamor ha llegado hasta mí.
17. Y luego que Samuel vio a Saúl, Jehová le dijo: He aquí éste es el varón del cual te hablé; éste señoreará a mi pueblo.
18. Y llegando Saúl a Samuel en medio de la puerta, le dijo: Te ruego que me enseñes dónde está la casa del vidente.
19. Y Samuel respondió a Saúl, y dijo: Yo soy el vidente; sube delante de mí al lugar alto, y comed hoy conmigo, y por la mañana te despacharé, y te descubriré todo lo que está en tu corazón.