17. Honrad a todos. Amad la hermandad. Temed a Dios. Honrad al rey.
18. Siervos, sujetaos con todo temor a vuestros amos; no solamente a los buenos y amables, sino también a los que son severos.
19. Porque esto es loable, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente.
20. Porque ¿qué gloria es, si pecando vosotros sois abofeteados, y lo sufrís? Pero si haciendo bien sois afligidos, y lo sufrís, esto ciertamente es agradable delante de Dios.
21. Porque para esto fuisteis llamados; pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas:
22. El cual no hizo pecado; ni fue hallado engaño en su boca:
23. Quien cuando le maldecían no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquél que juzga justamente:
24. Quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, siendo muertos a los pecados, vivamos a la justicia; por las heridas del cual habéis sido sanados.
25. Porque vosotros erais como ovejas descarriadas; mas ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.