1. Seguid la caridad; y desead los dones espirituales, mas sobre todo que profeticéis.
2. Porque el que habla en lengua desconocida, no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque en espíritu hable misterios.
3. Mas el que profetiza, habla a los hombres para edificación, y exhortación, y consolación.
4. El que habla en lengua desconocida, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.