18. El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal,
19. El testigo falso que habla mentiras, Y el que enciende rencillas entre los hermanos.
20. Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre:
21. Atalos siempre en tu corazón, Enlázalos á tu cuello.
22. Te guiarán cuando anduvieres; cuando durmieres te guardarán; Hablarán contigo cuando despertares.