47. Asimismo el reino de los cielos es semejante á la red, que echada en la mar, coge de todas suertes de peces:
48. La cual estando llena, la sacaron á la orilla; y sentados, cogieron lo bueno en vasos, y lo malo echaron fuera.
49. Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán á los malos de entre los justos,
50. Y los echarán en el horno del fuego: allí será el lloro y el crujir de dientes.
51. Díceles Jesús: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos responden: Sí, Señor.
52. Y él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos, es semejante á un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.
53. Y aconteció que acabando Jesús estas parábolas, pasó de allí.
54. Y venido á su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que ellos estaban atónitos, y decían: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría, y estas maravillas?
55. ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿no se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo y José, y Simón, y Judas?
56. ¿Y no están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?
57. Y se escandalizaban en él. Mas Jesús les dijo: No hay profeta sin honra sino en su tierra y en su casa.
58. Y no hizo allí muchas maravillas, á causa de la incredulidad de ellos.