25. Y Jesús le riñó, diciendo: Enmudece, y sal de él.
26. Y el espíritu inmundo, haciéndole pedazos, y clamando á gran voz, salió de él.
27. Y todos se maravillaron, de tal manera que inquirían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta, que con potestad aun á los espíritus inmundos manda, y le obedecen?
28. Y vino luego su fama por toda la provincia alrededor de Galilea.
29. Y luego saliendo de la sinagoga, vinieron á casa de Simón y de Andrés, con Jacobo y Juan.
30. Y la suegra de Simón estaba acostada con calentura; y le hablaron luego de ella.
31. Entonces llegando él, la tomó de su mano y la levantó; y luego la dejó la calentura, y les servía.
32. Y cuando fué la tarde, luego que el sol se puso, traían á él todos los que tenían mal, y endemoniados;
33. Y toda la ciudad se juntó á la puerta.
34. Y sanó á muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba decir á los demonios que le conocían.
35. Y levantándose muy de mañana, aun muy de noche, salió y se fué á un lugar desierto, y allí oraba.
36. Y le siguió Simón, y los que estaban con él;
37. Y hallándole, le dicen: Todos te buscan.
38. Y les dice: Vamos á los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido.
39. Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios.