40. Y como llegó á aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.
41. Y él se apartó de ellos como un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,
42. Diciendo: Padre, si quieres, pasa este vaso de mí; empero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
43. Y le apareció un ángel del cielo confortándole.
44. Y estando en agonía, oraba más intensamente: y fué su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.
45. Y como se levantó de la oración, y vino á sus discípulos, hallólos durmiendo de tristeza;
46. Y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad que no entréis en tentación.
47. Estando él aún hablando, he aquí una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba delante de ellos; y llegóse á Jesús para besarlo.
48. Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con beso entregas al Hijo del hombre?
49. Y viendo los que estaban con él lo que había de ser, le dijeron: Señor, ¿heriremos á cuchillo?
50. Y uno de ellos hirió á un siervo del príncipe de los sacerdotes, y le quitó la oreja derecha.
51. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Dejad hasta aquí. Y tocando su oreja, le sanó.
52. Y Jesús dijo á los que habían venido á él, los príncipes de los sacerdotes, y los magistrados del templo, y los ancianos: ¿Como á ladrón habéis salido con espadas y con palos?