Lucas 20:9-26 Reina-Valera Antigua (RVES)

9. Y comenzó á decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, y arrendóla á labradores, y se ausentó por mucho tiempo.

10. Y al tiempo, envió un siervo á los labradores, para que le diesen del fruto de la viña; mas los labradores le hirieron, y enviaron vacío.

11. Y volvió á enviar otro siervo; mas ellos á éste también, herido y afrentado, le enviaron vacío.

12. Y volvió á enviar al tercer siervo; mas ellos también á éste echaron herido.

13. Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré mi hijo amado: quizás cuando á éste vieren, tendrán respeto.

14. Mas los labradores, viéndole, pensaron entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle para que la heredad sea nuestra.

15. Y echáronle fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué pues, les hará el señor de la viña?

16. Vendrá, y destruirá á estos labradores, y dará su viña á otros. Y como ellos lo oyeron, dijeron: ­Dios nos libre!

17. Mas él mirándolos, dice: ¿Qué pues es lo que está escrito: La piedra que condenaron los edificadores, Esta fué por cabeza de esquina?

18. Cualquiera que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; mas sobre el que la piedra cayere, le desmenuzará.

19. Y procuraban los príncipes de los sacerdotes y los escribas echarle mano en aquella hora, porque entendieron que contra ellos había dicho esta parábola: mas temieron al pueblo.

20. Y acechándole enviaron espías que se simulasen justos, para sorprenderle en palabras, para que le entregasen al principado y á la potestad del presidente.

21. Los cuales le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas bien, y que no tienes respeto á persona; antes enseñas el camino de Dios con verdad.

22. ¿Nos es lícito dar tributo á César, ó no?

23. Mas él, entendiendo la astucia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis?

24. Mostradme la moneda. ¿De quién tiene la imagen y la inscripción? Y respondiendo dijeron: De César.

25. Entonces les dijo: Pues dad á César lo que es de César; y lo que es de Dios, á Dios.

26. Y no pudieron reprender sus palabras delante del pueblo: antes maravillados de su respuesta, callaron.

Lucas 20