24. Y dijo á los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas.
25. Y ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas.
26. Pues yo os digo que á cualquiera que tuviere, le será dado; mas al que no tuviere, aun lo que tiene le será quitado.
27. Y también á aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y degolladlos delante de mí.
28. Y dicho esto, iba delante subiendo á Jerusalem.
29. Y aconteció, que llegando cerca de Bethfagé, y de Bethania, al monte que se llama de las Olivas, envió dos de sus discípulos,
30. Diciendo: Id á la aldea de enfrente; en la cual como entrareis, hallaréis un pollino atado, en el que ningún hombre se ha sentado jamás; desatadlo, y traedlo.
31. Y si alguien os preguntare, ¿por qué lo desatáis? le responderéis así: Porque el Señor lo ha menester.
32. Y fueron los que habían sido enviados, y hallaron como les dijo.
33. Y desatando ellos el pollino, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino?
34. Y ellos dijeron: Porque el Señor lo ha menester.
35. Y trajéronlo á Jesús; y habiéndo echado sus vestidos sobre el pollino, pusieron á Jesús encima.
36. Y yendo él tendían sus capas por el camino.
37. Y como llegasen ya cerca de la bajada del monte de las Olivas, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzaron á alabar á Dios á gran voz por todas las maravillas que habían visto,