30. Mas cuando vino éste tu hijo, que ha consumido tu hacienda con rameras, has matado para él el becerro grueso.
31. El entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
32. Mas era menester hacer fiesta y holgar nos, porque este tu hermano muerto era, y ha revivido; habíase perdido, y es hallado.