Lucas 10:21-34 Reina-Valera Antigua (RVES)

21. En aquella misma hora Jesús se alegró en espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, que escondiste estas cosas á los sabios y entendidos, y las has revelado á los pequeños: así, Padre, porque así te agradó.

22. Todas las cosas me son entregadas de mi Padre: y nadie sabe quién sea el Hijo sino el Padre; ni quién sea el Padre, sino el Hijo, y á quien el Hijo lo quisiere revelar.

23. Y vuelto particularmente á los discípulos, dijo: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis:

24. Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oir lo que oís, y no lo oyeron.

25. Y he aquí, un doctor de la ley se levantó, tentándole y diciendo: Maestro, ¿haciendo qué cosa poseeré la vida eterna?

26. Y él dijo: ¿Qué está escrito de la ley? ¿cómo lees?

27. Y él respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de todas tus fuerzas, y de todo tu entendimiento; y á tu prójimo como á ti mismo.

28. Y díjole: Bien has respondido: haz esto, y vivirás.

29. Mas él, queriéndose justificar á sí mismo, dijo á Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?

30. Y respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalem á Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; é hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.

31. Y aconteció, que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, se pasó de un lado.

32. Y asimismo un Levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, se pasó de un lado.

33. Mas un Samaritano que transitaba, viniendo cerca de él, y viéndole, fué movido á misericordia;

34. Y llegándose, vendó sus heridas, echándo les aceite y vino; y poniéndole sobre su cabalgadura, llevóle al mesón, y cuidó de él.

Lucas 10