18. Que por él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
19. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino juntamente ciudadanos con los santos, y domésticos de Dios;
20. Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo;
21. En el cual, compaginado todo el edificio, va creciendo para ser un templo santo en el Señor:
22. En el cual vosotros también sois juntamente edificados, para morada de Dios en Espíritu.