3. Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio.
4. Cuando á Dios hicieres promesa, no tardes en pagarla; porque no se agrada de los insensatos. Paga lo que prometieres.
5. Mejor es que no prometas, que no que prometas y no pagues.
6. No sueltes tu boca para hacer pecar á tu carne; ni digas delante del ángel, que fué ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se aire á causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?