4. Pero si alguna viuda tuviere hijos, ó nietos, aprendan primero á gobernar su casa piadosamente, y á recompensar á sus padres: porque esto es lo honesto y agradable delante de Dios.
5. Ahora, la que en verdad es viuda y solitaria, espera en Dios, y es diligente en suplicaciones y oraciones noche y día.
6. Pero la que vive en delicias, viviendo está muerta.
7. Denuncia pues estas cosas, para que sean sin reprensión.
8. Y si alguno no tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, la fe negó, y es peor que un infiel.
9. La viuda sea puesta en clase especial, no menos que de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido.