San Mateo 9:21-34 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

21. porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.

22. Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.

23. Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto,

24. les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él.

25. Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó.

26. Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra.

27. Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!

28. Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor.

29. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.

30. Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.

31. Pero salidos ellos, divulgaron la fama de él por toda aquella tierra.

32. Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado.

33. Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.

34. Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.

San Mateo 9