26. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
27. y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
28. Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;
29. porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.