1. Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.
2. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
3. Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
4. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.