13. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
14. Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.
15. Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderle en alguna palabra.
16. Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.
17. Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no?
18. Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?
19. Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario.