San Mateo 15:21-33 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

21. Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón.

22. Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.

23. Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros.

24. Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

25. Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme!

26. Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos.

27. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.

28. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.

29. Pasó Jesús de allí y vino junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí.

30. Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó;

31. de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.

32. Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino.

33. Entonces sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande?

San Mateo 15