4. Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián.
5. Porque todo calzado que lleva el guerrero en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego.
6. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
7. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.
8. El Señor envió palabra a Jacob, y cayó en Israel.
9. Y la sabrá todo el pueblo, Efraín y los moradores de Samaria, que con soberbia y con altivez de corazón dicen:
10. Los ladrillos cayeron, pero edificaremos de cantería; cortaron los cabrahigos, pero en su lugar pondremos cedros.
11. Pero Jehová levantará los enemigos de Rezín contra él, y juntará a sus enemigos;
12. del oriente los sirios, y los filisteos del poniente; y a boca llena devorarán a Israel. Ni con todo eso ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.
13. Pero el pueblo no se convirtió al que lo castigaba, ni buscó a Jehová de los ejércitos.
14. Y Jehová cortará de Israel cabeza y cola, rama y caña en un mismo día.
15. El anciano y venerable de rostro es la cabeza; el profeta que enseña mentira, es la cola.
16. Porque los gobernadores de este pueblo son engañadores, y sus gobernados se pierden.